Qué es y cómo crear una cartera Boglehead

Vamos a ver qué es y cómo crear una cartera Boglehead, un estilo diferente de invertir en los mercados financieros de manera sencilla.

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Qué es la cartera Boglehead

Se trata de una filosofía de inversión, o mejor dicho de una forma de invertir sencilla y sin complejidad, apta para cualquier inversor y que se le atribuye a John Bogle que fue el creador de la gestora Vanguard Group.

Al igual que sucede con el Dollar Cost Averaging, estamos ante un estilo de inversión diferente a lo tradicional.

La cartera boglehead se basa en los fondos indexados los cuales tienen como objetivo replicar el comportamiento de un activo, por lo que estos fondos indexados lograrán prácticamente la misma rentabilidad que el mercado que replica, tanto para bien como para mal.

La cartera boglehead surgió tras constatarse una realidad evidente: la gran mayoría de los fondos de inversión tradicionales (gestión activa que se caracteriza porque el objetivo del gestor es batir al mercado de referencia) no lograban sus objetivos a largo plazo, de manera que resultaba finalmente en una inversión cara en cuanto a comisiones y gastos y no lograba hacerlo mejor que el propio mercado.

A raíz de esta premisa, John Bogle pensó que entonces había que crear otra estrategia de inversión alternativa, como por ejemplo replicar los movimientos al alza y a la baja del mercado, y de ahí surge el concepto gestión pasiva o indexada, que no solamente logra mejores rendimientos a largo plazo que la gestión activa, sino que además tiene menores gastos y comisiones.

La filosofía Boglehead

Se podría resumir en 3 elementos la filosofía de la cartera Boglehead:

– Se trata de una inversión a largo plazo, es decir, el horizonte temporal no es ni corto ni medio plazo, ya que de esta manera se evita el “ruido” del mercado y se beneficia de que la Bolsa a largo plazo siempre gana.

– Menores costes, gastos y comisiones. A diferencia de la gestión activa en la que el trabajo del gestor en cuanto a análisis, selección de valores y seguimiento ha de ser pagado, en la gestión pasiva todo está automatizado, con lo que no se requiere tanta labor por parte del gestor, de ahí que este tipo de inversión no requiera tantos gastos ni comisiones.

– Análisis racional frente a las emociones. Precisamente al tratarse de un estilo de inversión automatizada en la que el gestor no ha de pensar ni tomar decisiones, sino tan sólo replicar la composición del mercado que quiera imitar, se puede decir que una gran ventaja es que la inversión no está sujeta ni depende de la pericia o habilidad del gestor ni de que sus sentimientos o emociones le nublen su capacidad racional.

Composición y estructura de la cartera Boglehead

Una cartera de inversión Boglehead está compuesta por fondos indexados donde está el capital aportado por cada partícipe con vista a una inversión a largo plazo mediante la réplica de un mercado.

Una manera tradicional de llevar a cabo este proceso es mediante los robo advisors, que son una especie de gestores automáticos, toda una revolución en el mundo de la inversión pasiva y que aterrizó en España en el año 2016 con Indexa Capital.

La cartera Boglehead tiende a estar compuesto tanto por acciones como por bonos. La idea es que las acciones aporten a largo plazo mayor rentabilidad y los bonos logren compensar el riesgo y la volatilidad que tienen en ocasiones las acciones.

Por tanto, a largo plazo, las acciones aportan mayor rentabilidad (y mayor riesgo y volatilidad), mientras que los bonos otorgan menor riesgo y menor volatilidad pero a cambio de menor potencial de ganancia.

La idea básica entonces es que este tipo de cartera está compuesta por varios fondos indexados con muy bajas comisiones, estructurada en dos bloques (uno de renta variable y otro de renta fija) que quedan ponderados según la edad del inversor o el nivel de riesgo quiera asumir.

Esto implica que es importante saber en qué porcentaje dividir la cartera, es decir, qué porcentaje se destina a invertir en acciones y qué porcentaje se destina a invertir en bonos.

No hay una regla predeterminada al respecto, pero un método que se tiende a utilizar para saber cuánto asignar a las acciones sería la siguiente fórmula:

100 – edad = porcentaje a destinar a la inversión en acciones

Por ejemplo, un inversor que tenga 40 años debería de destinar el 60% de su capital a invertir en acciones y el 40% en bonos (100 – 40 = 60).

Como se puede apreciar, la parte de bonos o renta fija tiene como objetivo ir creciendo a medida que el inversor se hace mayor con el paso de los años para que no haya sorpresas negativas a cierta edad y no se tenga tiempo para reaccionar y compensar. En cambio, la parte de acciones o renta variable tiene por objetivo hacer crecer la inversión mientras el inversor es joven, aprovecha todo el potencial de crecimiento de los mercados. De esta manera se asume más riesgo cuando se tiene más años por delante, y se reduce el riesgo a medida que nos acercamos a la edad de jubilación.

La importancia del interés compuesto

El interés compuesto juega un papel crucial en este tipo de inversión. El interés compuesto consiste sencillamente en reinvertir las ganancias obtenidas.

Por ejemplo, si un inversor invierte 1000 euros a un interés anual del 6%, el primer año logrará 60 euros, los cuales añadirá al capital incial de la inversión que eran 1000 euros, por lo que el segundo año el capital invertido ya no son 1000 euros sino 1060 euros, con lo que implica que el segundo se gana el 6% de 1060 euros, es decir, 63,6 euros y así sucesivamente se va haciendo cada año.

Por tanto, el interés compuesto nos permite que cada año el capital que tengamos invertido sea mayor, de manera que a largo plazo las ganancias son exponencialmente mayores.

Ventajas de una cartera Boglehead

– Tiene pocos gastos. Los fondos indexados que la forman tienen bajas comisiones (hasta dos y tres veces menos que los fondos de gestión activa).

– Diversificación. Gracias a una inversión bien distribuida por zonas geográficas y sectores se logra una cartera diversificada que a su vez minimiza aun más si cabe los riesgos.

– Automatizada. Evita tener que pensar y tomar decisiones, al replicar al mercado no hay que hacer nada, tan solo el rebalanceo para que la cartera tenga la misma composición que el índice que replica.

– Fiscalmente tiene ventajas. No se tributa hasta que el partícipe reembolsa su capital y en ese momento se tributa únicamente por las ganancias obtenidas, de manera que no se tributa por las aportaciones, ni los traspasos.

– Sencillez. Realmente no requiere de razonamiento complejo alguno.

– Idoneidad. Es apta para todo tipo de inversores-

– Evita el ruido. Al tener un horizonte temporal de largo plazo, se evita el ruido del mercado a corto plazo (caídas, volatilidad, vaivenes bruscos propios de la especulación).

Pues ya sabe qué es y cómo crear una cartera Boglehead. Espero que le haya resultado de utilidad.